Qué es Resistencia a la corrosión

¿Qué significa resistencia a la corrosión?

La resistencia a la corrosión se define como la capacidad inherente de un material (metálico o no metálico) para resistir el daño por corrosión causado por la oxidación u otras reacciones químicas. La resistencia a la corrosión se puede lograr a través de las propiedades de resistencia intrínsecas del material o mediante el uso de productos/sustancias resistentes a la corrosión, como pinturas, recubrimientos o inhibidores de la corrosión.

La resistencia a la corrosión determina el programa de mantenimiento de las tuberías de alcantarillado y es un factor importante para decidir el marco de tiempo en el que se debe realizar. Esto lo hace similar a tasa de corrosión. Algunos metales no son muy resistentes a la corrosión como el acero y el hormigón armado. Esto es especialmente cierto cuando la corrosión es causada por ácido sulfúrico producido por bacterias.

La corrosión es un proceso en el que un material es oxidado por sustancias en el medio ambiente que hacen que el material pierda electrones. La resistencia a la corrosión es la capacidad de retener la energía de unión de un metal y soportar el deterioro y la descomposición química que de otro modo ocurriría cuando el material se expusiera a dicho entorno.

La resistencia a la corrosión es un factor importante a considerar cuando se seleccionan materiales para el control de la corrosión. Los materiales más resistentes a la corrosión son aquellos para los que la corrosión es termodinámicamente desfavorable. Algunos metales tienen una cinética de reacción naturalmente lenta, aunque su corrosión es termodinámicamente favorable. Estos incluyen metales como zinc, magnesio y cadmio. Por lo tanto, tanto la propia resistencia a la corrosión de un material como los métodos de protección para detener la corrosión entran en la categoría de resistencia a la corrosión.

industriapedia explica la resistencia a la corrosión

La corrosión es la pérdida de metal debido a una reacción con el medio ambiente y se mide como el porcentaje de pérdida de peso o como la tasa de penetración de la corrosión, normalmente medida en pulgadas por año.

Por lo general, la resistencia a la corrosión se expresa en términos de velocidad de corrosión y se mide en unidades de milímetro por año o "mils". Estas medidas de resistencia al ataque de la corrosión se toman en un entorno particular en condiciones de operación definidas, presión, temperatura y velocidad del fluido.

Además de la resistencia intrínseca a la corrosión, la resistencia a la corrosión de un metal se puede aumentar mediante la aplicación de diferentes métodos, como la protección catódica, el recubrimiento, la pintura y la aplicación de un inhibidor de corrosión. No hay materiales que sean resistentes a toda corrosión en todos los ambientes. Los materiales deben coincidir con el entorno que experimentarán.

La corrosión puede desarrollarse en presencia de líquidos o gases. Puede ocurrir a cualquier temperatura, aunque generalmente la tasa de corrosión aumenta con el aumento de la temperatura. La corrosión asociada con los líquidos a menudo es causada por impurezas o por elementos traza dentro del líquido. Ejemplos de ello serían la presencia de cloro, que da como resultado la formación de ácido clorhídrico, o de azufre, que posteriormente forma ácido sulfúrico.

Es importante recordar que cualquier aleación, acero inoxidable o de otro tipo, puede corroerse bajo ciertas condiciones. La presencia de corrosión puede no indicar un producto defectuoso; en cambio, puede indicar una aplicación incorrecta de ese producto; tal vez estemos usando un material que no es el más adecuado para un entorno determinado,

Se estiman las resistencias a la corrosión de los metales y los datos se utilizan para comprobar la sostenibilidad de un metal en un entorno particular.

Los metales resistentes a la corrosión, particularmente los aceros inoxidables, forman una capa muy delgada de óxido de cromo que protege la siguiente capa de metal del oxígeno. Eso es importante porque se necesita oxígeno con el hierro para crear óxido/óxido de hierro. En general, si no hay oxígeno, no hay óxido. La capa es pasiva -el proceso se conoce como pasivación- y autocurativa; si se raya la superficie, la capa de óxido se regenera sola si hay oxígeno presente.

Los recubrimientos protectores son la técnica de control de la corrosión más utilizada. Esencialmente, los materiales de recubrimiento protector son un medio para separar las superficies que son susceptibles al ataque de la corrosión. Otro método, la protección catódica, interfiere con la acción natural de las celdas electroquímicas que son responsables de la corrosión. La protección catódica se puede usar de manera efectiva para resistir la corrosión de superficies que están sumergidas en agua o expuestas al suelo.

Además de los revestimientos protectores, existen muchas otras formas de garantizar la resistencia a la corrosión de un metal. Diseño de la pieza metálica siendo uno de ellos en ingeniería. En caso de que la pieza en cuestión esté destinada a utilizarse en un entorno que podría someterla a corrosión, debe diseñarse teniendo en cuenta eso.

El control ambiental ayuda a mantener los materiales que se utilizan a salvo de la corrosión tomando medidas simples para garantizar que estén limpios y secos. Al controlar estos factores ambientales, también se mitiga la probabilidad de que ocurra corrosión.

La protección catódica es una forma posible de prevenir la corrosión mediante la aplicación de una corriente eléctrica opuesta a una superficie metálica. Existen diferentes métodos de protección catódica. Una es mediante el uso de una corriente impresa por lo que con el uso de un curso externo de corriente eléctrica se domina una corriente corrosiva en la pieza. Otro método es mediante el uso de un ánodo de sacrificio. En este método, los iones metálicos fluirán del metal reactivo a la parte menos activa, reduciendo así la corrosión en uno a expensas del otro.

El mantenimiento general es la forma más efectiva de prevenir la corrosión en metales y otros materiales que pueden estar sujetos a desgaste y corrosión.