Explicación de los diferentes tipos de fluidos de transmisión I Guía Completa

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Los fluidos de transmisión son esenciales en sistemas mecánicos y se clasifican en tres tipos: oleosos, que lubrican y transmiten la potencia; hidráulicos, que utilizan la presión de los fluidos para mover mecanismos; y neumáticos, que emplean aire comprimido para transmitir fuerza. Cada tipo tiene aplicaciones específicas en maquinaria.

El fluido de transmisión automática (ATF) se usa para lubricar y regular la fricción en la transmisión de su automóvil. Al igual que el aceite de motor, el líquido de la transmisión debe cambiarse de vez en cuando para garantizar la longevidad de la transmisión. Si no se cambia su ATF, comenzará a ver la descomposición de partículas en su transmisión, lo que generará problemas graves que conllevan reparaciones costosas. Consulte el manual del propietario para obtener recomendaciones sobre la frecuencia con la que debe cambiar su ATF. Como regla general, debe cambiarlo cada dos años, o entre 24 000 y 36 000 millas.

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¿Qué amenazas enfrenta su ATF?

El calor causado por la fricción es la mayor amenaza para su ATF. A una temperatura de funcionamiento normal (alrededor de 200 grados Fahrenheit), su ATF debería durar varios años. Si la temperatura dentro de su transmisión aumenta, su ATF comenzará a descomponerse y perderá sus propiedades protectoras. El ATF también puede estar contaminado por partículas de los engranajes, placas de fricción y cojinetes dentro de la transmisión. Si bien las transmisiones tienen un filtro ATF, estos desechos contribuirán a la incapacidad de su ATF para funcionar correctamente.

Hay muchos tipos diferentes de ATF en el mercado. Son específicos para las diferentes marcas y modelos. Todos ellos realizan la tarea de mantener lubricada su transmisión.

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